«Si el alumno está preparado, el maestro aparece.»
Que el público siempre ha sentido tanta fascinación y admiración por personajes enmascarados y justicieros es un hecho que sigue vigente a día de hoy en vista del éxito de toda producción superheroica que se precie. El personaje del enmascarado que hace frente al mal representado por los poderosos que tienen oprimidos a los más desfavorecidos ha sido un clásico que ha inundado la imaginación de todo amante de los relatos de aventuras. Sin duda, el más venerado hoy día sea Batman, personaje ideado por Bob Kane y Bill Finger, quienes a su vez se basaron en el personaje creado por Johnston McCulley en 1919 bajo el nombre de Zorro (no en vano, el nacimiento de Batman tras la muerte de sus padres se produce cuando salen del cine de ver “La Marca del Zorro”), un justiciero que combate la injusticia en California durante la época del gobierno mexicano. La popularidad del personaje se hizo tan grande que no tardaron en realizarse seriales radiofónicos o películas (la primera, protagonizada por Douglas Fairbanks) que alcanzaron notorio éxito. Era una época donde el público vibraba con los duelos, las acrobacias, las persecuciones y una historia de amor, casi de enredo, que jugaba con la identidad secreta del personaje, el aristócrata Don Diego de la Vega, que parecía mostrarse ajeno a toda noticia que llegase a sus oídos sobre el justiciero. Con la llegada de los nuevos tiempos los gustos del público siempre van cambiando, y los viejos héroes de capa y espada dieron lugar a otros más sombríos y humanos, a la par que se exigían en las aventuras mayores espectáculos pirotécnicos.
A principios de los 90, Steven Spielberg arrancó la producción de una nueva película basada en el personaje. En un principio, la idea de TriStar era que el propio Spielberg la dirigiese, estando protagonizada por Tom Cruise. Sin embargo, los compromisos del Rey Midas de Hollywood con su recién nacida Dreamworks y sus proyectos de “Amistad” y “Salvar al Soldado Ryan” le hicieron rechazar la oferta y elegir al por entonces emergente Robert Rodriguez para dirigirla. El enfoque del director de “Desperado” era violento y sucio, aunque manteniendo la esencia del personaje. Se intentó atraer al proyecto a Sean Connery como Diego de la Vega, mientras Rodriguez volvería a contar para protagonizarla con Antonio Banderas. También quiso que Salma Hayek fuese la chica de la película, pero una vez se apeó del proyecto dicha propuesta se fue con él. Y es que TriStar no veía con buenos ojos la idea del director de hacer una cinta más adulta, con lo cual hicieron borrón y cuenta nueva, a lo que Spielberg se alejo moderadamente del proyecto manteniéndose unicamente como productor ejecutivo. Finalmente se escogió al director Martin Campbell que tan buenos resultados había obtenido en la Saga Bond con “Goldeneye” y se consiguió a Anthony Hopkins como Diego de la Vega. Banderas, lógicamente, seguía siendo el protagonista en la que debía haber sido su segunda gran producción hollywoodiense como cabeza de cartel (la primera era “El Guerrero N 13”), y para la chica se eligió a una joven, y por entonces no muy conocida, Catherine Zeta Jones. La fecha de estreno se marcó a finales de 1997, pero la llegada del “Titanic” hizo que se retrasase hasta el año siguiente, llegando finalmente a las pantallas estadounidenses en Julio de 1998 (en España lo hizo cuatro meses después, en Noviembre, algo hoy impensable pero muy común por entonces).
1921. La ocupación española en Alta California llega a su fin con la Independencia de México. Diego de la Vega sigue combatiendo el mal encarnado en la figura de Rafael Montero. Antes de abandonar el país, Montero captura a de la Vega tras matar a la mujer de éste y lo encarcela, quedándose con su hija recién nacida. Veinte años después, de la Vega escapa y prepara su venganza teniendo como ayuda al joven Alejandro Murrieta, a quien acoge como discípulo para que porte el antifaz del Zorro.
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