Sucker Punch, de Zack Snyder

El éxito de “300” benefició considerablemente a Zack Snyder. No sólo le abría las puertas a dirigir la ansiada adaptación de “Watchmen” sino que le convirtió, junto a Christopher Nolan, en el nuevo niño mimado de la Warner, la cual le dio carta blanca para realizar su original y particular fantasía de acción que él mismo definió como “Alicia en el País de las Maravillas con ametralladoras”. El resultado es “Sucker Punch”, un portento visual en que el director da rienda suelta a sus excesos formales pero en que olvida algo fundamental como es el guión.

La historia comienza con la tragedia de Baby Doll, internada en una residencia mental para jóvenes muchachas tras ser acusada de matar a su hermana e intentar matar a su padrastro, causante de todo. A su llegada, Baby descubrirá las cosas que le hacen falta para escapar y se unirá a un pequeño grupo de chicas para comenzar su misión y escapar de las garras del maléfico doctor que gobierna la residencia.

“Sucker Punch” nos pone a un grupo de jóvenes, victimas de la opresión de sus captores, los cuales son todos hombres despreciables (cuento tan sólo dos personajes masculinos salvables en el film). La protagonista parece ser Baby Doll, la última en incorporarse al manicomio, quien debe planear la fuga y llevarla a la práctica antes de que reciba una visita que pondrá fin a su vida tal y cómo la conoce, y digo “parece ser” porque a medida que avance la historia descubriremos que ella no es más que una llave que abre las puertas de la libertad para las otras chicas, entre las que encontramos a las que, para mi, son las verdaderas protagonistas, las hermanas Sweet Pea y Rocket. Ellas son las que soportan el peso dramático del film, mientras Baby Doll avanza por la trama como una muñequita (haciendo honor a su nombre) que utiliza sus encantos para distraer a los hombres de los que se requiere algo.
Dichos encantos en el film se basan en su forma de bailar, lo cual para la chica significa evadirse en su mundo e imaginar que está en un mundo fantástico y que es una guerrera en compañía de sus compañeras. Por lo tanto tenemos un realidad imaginaria dentro de otra realidad, que no lo es. Para mi gusto Snyder se ha quebrado un poco la cabeza creando la historia, ¿no le valía con ambientar todo en la residencia mental y que ahí la niña se creara su mundo? No, el director prefiere incorporar además otro limbo existencial en que el manicomio se convierta en un burdel y las chicas en sexys bailarinas. O sea que tenemos tres planos existenciales: la realidad (la residencia), el sueño, o realidad alternativa, (el club) y la imaginación dentro de dicha realidad alternativa (los mundos fantásticos). He leído por ciertos sitios que debido a esto “Sucker Punch” es un tanto similar a “Inception”. Puede ser, en ambas hay diferentes capas de la mente, pero sus semejanzas no pasan de ahí, y en lo formal ya desaparece toda similitud. Snyder pega un salto desde la realidad a la segunda realidad tan brusco que el espectador quedará dislocado ante lo que está viendo.

El guión no es nada del otro mundo, pero como he dicho más de una vez, si lo cuentas bien y consigues que los personajes tengan carisma y conecten con el público no importa. Aquí eso no sucede, Baby Doll no deja de tener durante todo el film su carita de muñeca mientras el resto de las chicas (a excepción de las anteriormente citadas) parecen modelos de Victoria´s Secret. La historia, además, avanza de forma mecánica. Para conseguir un objeto Baby debe bailar para alguien, y ese baile se convierte de repente en un espectacular escenario digno de un videojuego en donde las chicas deberán enfrentarse a todo tipo de criaturas, desde nazis roboticos a orcos, para lograr su objetivo eliminando al villano final del escenario. Así avanza la trama, y, por muy espectaculares que sean las secuencias, mi sensación era de indiferencia ante lo que sucedía en pantalla, no logré conectar ningún momento.

El guión es flojito, pero lo que de verdad importa en este film es la fuerza de sus imágenes, o sea, el estilo Snyder desatado a la enésima potencia. Con razón el director de “Watchmen” tenía tanto interés en llevar a cabo esta película, puede dar rienda suelta a su imaginación y estilo formal, o sea, multitud de cámaras lentas, planos imposibles digitalizados, estética de anime japonés mezclado con un desarrollo y planificación digno de videojuego. Cuando la veía pensé dos cosas: lo bien que le habría sentado dirigir DragonBall a Snyder y lo que les debe de haber gustado la película a los Wachowski, cuyo último film estaba basado en un famoso anime japonés y dicha estética les encanta.
Visualmente hay que reconocer que la película es una maravilla, cada plano parece sacado de un comic y las canciones escogidas para acompañar los momentos son estupendas, pero algo falla, como si estuviéramos viendo un cuerpo perfecto al que le falta corazón.
Entre los momentos más memorables del film destaco la apertura, que me recordó a “Moulin Rouge” (de otro director excesivo llamada Luhrmann) con ese telón teatral dando paso a la historia de Baby Doll de forma espectacular, siendo, posiblemente, la mejor secuencia del film, carente de diálogos pero en la que el estilo del director cumple de sobra. Por supuesto las escenas que se desarrollan en los mundos fantásticos son dignas de mención, la primera en un templo samurai en que Baby Doll se enfrenta a gigantes guerreros, la segunda en unas trincheras contra robots nazis, la tercera en un mundo similar al de El Señor de los Anillos con orcos y dragones y el cuarto en un tren lleno de robots. Todas son espectaculares, pero si me he de quedar con alguna de ellas elegiría el tiroteo en las trincheras contra los soldados roboticos, la pelea contra el dragón y la secuencia en el tren, la cual roza el plano secuencia al narrar todo el principio con un largo travelling. Por lo demás se nota que han gastado bien el dinero y que Snyder tiene un buen ojo para la planificación, aunque sus ganas de sorprender tanto agoten con tanto exceso.

El reparto no es que haga mucho, más bien parecen estatuas de cera movidas al gusto del directo, tan sólo salvaría a Abbie Cornish como Sweet Pie, Jena Malone como Rocket y a Oscar Isaac como el malvado Blue Jones, resulta repulsivo. Por lo demás tenemos un reparto formado por una inexpresiva Emily Browning como Baby Doll, la joven que desencadena todo y que sirve de guía (también hay voces en off, como tanto le gusta al director, aunque de manera controlada), Jaime Chung como Amber, Vanessa Hudgens como Blondie y a Carla Gugino (a quien siempre gusta ver) como la Dra. Gorski. Como presencias invitadas encontramos a Scott Glenn y Jon Hamm.

“Sucker Punch” es el nuevo juguete caro del director Zack Snyder destinado a sus fieles y a seguidores de videojuegos y el Manga. Es muy espectacular y no aburre, pero la historia no cuaja.

Lo Mejor: Es un portento visual.

Lo Peor: La historia y el nulo carisma de los personajes.

6 comentarios en “Sucker Punch, de Zack Snyder

  1. Menudo petardazo de película ha echo Zack Snyder. Que dios nos pille confesados con Superman, porque no creo que pueda salir algo bueno de su cabeza y más teniendo en cuenta que Nolan lo ha dejado por imposible.
    Desde Watchmen va dando tumbos la carrera de Zack, como la vuelva a cagar con Superman va a compañar a Robert Zemeckis en el grupo de los apestados de hollywood.
    Lo unico bueno de la peli es la estetica y los efectos especiales, por lo demás no vale un carajo ni siqiera las protagonistas.

  2. El domingo escribí la crítica y he de decir que coincido contigo en la mayoría, y lo peor de todo esto es que se podía haber remediado de dos 2 formas: quitándole como dices esa 3 dimensiones para ser a lo sumo dos y suavizar esas transiciones inter-nivel o haber convertido la película en un anime.

    Es el antojo que muchos directores tienen a lo largo de su carrera y lo realizan (léase Robert Rodriguez o Quentin Tarantino), y espero que vuelva a sus cabales para Superman porque si no si que estará perdido…

    Un saludo.

  3. Pues opinamos lo mismo. Bonito y espectacular contenedor, pero nada de contenido.

    Con Superman no me preocuparía. Snyder lo que necesita es alguien que lo controle al niño flipado que lleva dentro, y ese es Nolan. El poderío visual de uno y el cerebrito del otro pueden obrar un milagro con Superman.

    Saludos 😉

  4. Rafa, estoy contigo en temer lo que pueda hacer con Superman Snyder, me imagino interminables cámaras lentas cuando el hombre de acero vuele. Espero que Nolan aporta cosas buenas porque si no….

    Onetwothree ahora me pasaré a leer tu crítica, pero si, Snyder parece que quiso ir de creativo creando tanto submundo paralelo y, para mi gusto, le ha salido rana.

    Pues si Pliskeen, coincidimos. Yo si que me preocuparía con respecto a su versión de Superman, por lo que he dicho antes, aunque no dudo que será algo espectacular espero que si tenga una buena historia detrás apadrinada por Nolan.

    Por cierto, de no ser porque ya está contratado para rodar la del Hombre de Acero seguramente le costaría rodar algo que quisiera, ya que el film está siendo un fracaso, y «Watchmen» no consiguió el éxito esperado.

    Saludos 😉

  5. Floja, floja…
    y lo peor es que yo si que me aburrí…reconozco que me gustó la escena de los zombies nazis…pero más allá de eso me pareció por momentos incluso ridícula…
    en fin…Snyder se ha ganado el beneficio de la duda y espero mucho de su Superman.
    No te parece curioso que la mejor película de Snyder «Amanecer de los muertos» sea la más realista y la que menos efectos tiene?

  6. Hola Ángel !
    Tienes razón, la mejor de Snyder sigue siendo «Amanecer de los muertos», la cual tiene, además, menos presupuesto que las otras, será que a Snyder hay que atarlo corto y ponerle un tope.La seguiría para mi gusto por «Watchmen», a pesar de tener sus ya conocidos excesos relentizadores y alguna escena sonrojante, la aguanto más que «300».
    Veremos a ver qué hace con el hijo de Krypton, las expectativas ahí si que son altas.
    Saludos 😉

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