Imparable (Unstoppable), de Tony Scott

Dos empleados del ferrocarril del Estado de Virginia se atreverán a detener un tren que transporta 39 vagones, entre los que se encuentran algunos con mercancías inflamables.

Partiendo de un hecho real acontecido en 2001 en que un tren que arrastraba 47 vagones, de los cuales algunos portaban productos químicos, quedó sin control y llegó a cruzar tres Estados hasta ser detenido 2 horas y 106 Km. después, el director Tony Scott filmó la que sería, inesperadamente, su última película.
El proyectó arrancó en 2004, cuando se buscó un director que llevase a la pantalla el guion escrito por Mark Bomback. Entre los nombres barajados destacó el de Martin Campbell, pero las negociaciones no llegaron a buen puerto y el proyecto quedó en espera hasta que entró en juego Tony Scott y su actor fetiche Denzel Washington. Scott alabó el guión de Bomback por ser una cinta de acción pura, donde se amoldaban la emoción y el suspense gracias al continuo movimiento que otorgaba la locomotora protagonista de la cinta, y accedió, junto con Washington, a rebajarse el salario. Washington, además, recomendó a Chris Pine como coprotagonista. Curiosamente la película seguiría en la carrera de ambos a otra que tenía un vehículo de railes como protagonista, en esa ocasión un vagón de metro en “Asalto al Tren Pelham 123”.

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El Fuego de la Venganza (Man on Fire), de Tony Scott

“El Arte de Creasy es la Muerte y está a punto de pintar su Obra Maestra”

La primera vez que Tony Scott se cruzó con la posibilidad de adaptar la novela de A.J . Quinell fue a mediados de los 80. Acababa de estrenar su debut “El Ansía” y le llamó la atención el proyecto, pero el fracaso económico de la cinta protagonizada por Catherine Deneuve, Bowie y Susan Sarandon impidió que fuese elegido para llevarla a cabo. En su lugar se escogió a Elie Chouraqui que acabó adaptándola con Scott Glenn en la piel de Creasy (en España se conoció a la cinta como “Bala Pérdida”) sin lograr destacar más allá de consumirse en videoclubs. Según cuenta una leyenda, el guionista Brian Helgeland entró en uno de estos templos de cinéfilos de finales de los 80 y principios de los 90 y el film estaba puesto en la televisión. El dependiente le dijo que era una buena película y se la descubrió al guionista en ciernes, que escribió un tratamiento sobre la misma. El dependiente no era otro que Quentin Tarantino, y no sería descabellado pensar que ya tenía escondidos bajo el mostrados los guiones por los que se dio a conocer en Hollywood, siendo uno de ellos dirigido por Scott (“Amor a Quemarropa”).
Entrados ya en los 2000 el proyectos de readaptar la novela de Quinell se puso en marcha poniéndose la Fox en contacto con diferentes nombres de la industria para realizarlo. Michael Bay fue barajado como director, mientras que Robert De Niro y Marlon Brando fueron tentados para ser Creasy y Rayburn respectivamente. Finalmente entró Scott en juego para cumplir su deseo de adaptar la novela casi veinte años después. La primera decisión que tomó fue la de ubicar la acción en México en lugar de Italia debido al aumento de casos de secuestro en el país situado al otro lado de la frontera. Contactó con Russell Crowe para protagonizarla pero rehusó alegando que ya había dado vida a un rol similar en “Prueba de Vida”. En una visita rutinaria al médico, el director se reencontró con Denzel Washington, a quien no veía desde que rodaron “Marea Roja” (“Crimson Tide”), y le habló del proyecto llamándole la atención en un momento en que se sentía algo desencantado con la interpretación. Con el protagonista de “Training Day” a bordo, el reparto se completó con Christopher Walken, Mickey Rourke, Radha Mitchell, Giancarlo Giannini, Raquel Ticotín, Marc Anthony y la, por entonces, emergente Dakota Fanning que había dejado asombrados a todos en “Yo Soy Sam”. El rodaje se desarrolló en Ciudad de México y no estuvo exenta de riesgos en forma de amenazas de secuestros contra miembros del equipo. Washington mantuvo un perfil bajo, siempre acompañado por guardaespaldas, de la misma manera que Mitchell. Aún así, la producción se completó con ayuda de la ciudad, a quien le agradecen antes de los créditos finales la calidez con que los trataron.

John Creasy es un antiguo miembro de las Fuerzas Especiales que es contratado como guardaespaldas de la hija de un familia bien situada en Mexico D.F. Cuando se comete el secuestro y presunto asesinato de la pequeña, Creasy jura impartir justicia sobre los responsables.

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Enemigo Público (Enemy of the Estate), de Tony Scott

Observando la carrera de Tony Scott se comprueba que su nombre estuvo regularmente asociado al de los productores Don Simpson y Jerry Bruckheimer. Ellos fueron los que lo eligieron para realizar el boom que fue “Top Gun”, marcando así el estilo y tono que predominaría en las superproducciones siguientes que llevasen su sello (y de la cuál el alumno más aventajado podría considerarse a Michael Bay). Después de la película de aviones protagonizada por Cruise volvieron a colaborar en cinco ocasiones más, con resultados más o menos acertados pero casi siempre satisfactorios a nivel económico. En 1998 se produjo la quinta colaboración entre el director y el productor Bruckheimer (Simpson murió 2 años atrás). Se trataba de un thriller de espionaje que cuestionaba las medidas de vigilancia que utilizaba el gobierno hacia los ciudadanos escudándose en salvaguardar la seguridad nacional.

Robert Dean es un abogado que se convierte en objetivo de la NSA desde el momento en que recibe por accidente un disco que contiene las imágenes del asesinato de un congresista a manos de un político corrupto que trabajar para la Agencia.
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Fanático (The Fan), de Tony Scott

No son pocas las ocasiones en que el cine norteamericano ha puesto su mirada en un deporte tan puramente americano como el Beisbol (“El Mejor”, “Los Búfalos de Durham”, “Ellas dan el golpe”, “Campo de Sueños”, “Moneyball”) centrándose la mayoría de las veces (como casi el total de películas deportivas) en el equipo. La figura del fan deportivo, por otra parte, ha sido mostrada casi siempre como figura secundaria en ese tipo de producciones (a mi memoria viene como excepción la adaptación de la novela de Nick Hornby “Fever Pitch”). Si bien es cierto que en muchos títulos los personajes sentían euforia por cualquier equipo, ésta no era la rama central del film, sino una de las características del personaje. En 1996 el director Tony Scott se centró al 100% en un personaje con dicha pasión con resultados irregulares.

Gil Renard es una gran aficionado al Beisbol, y en especial a los San Francisco Giants, quienes han fichado para la nueva temporada a la figura número 1 del momento, Bobby Reiburd. Cuando comienza la temporada el nuevo jugador pasa una mala racha, y Renard se sentirá en la obligación de ayudarlo.
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Top Gun, de Tony Scott

¿No os ha pasado más de una vez que recordáis escenas o fragmentos de películas, sabéis cómo se desarrolla hasta su desenlace pero creéis que nunca la habéis visto entera? “Top Gun” puedo enmarcarla dentro de esas películas. Tal vez la primera, y única, vez que pude ver la película de Tony Scott fue siendo un infante que apenas había cumplido su primera década de vida. Y digo creo, porque la única forma de haberla visto entonces era o bien porque la emitían en televisión, o porque mis padres la alquilaron del videoclub y yo estaba con ellos en el salón mientras la veían. Sea como fuese, no recordaba haber visto “Top Gun” de principio a fin de una sentada, pero ya le he puesto remedio.

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Spy Game, de Tony Scott

Cuando se piensa en el género de espías es inevitable que venga a la cabeza cualquier aventura protagonizada por James Bond o similar. Sin embargo el trabajo de espía es más complejo y turbio que el que nos pintan en las exóticas aventuras destinadas a ofrecer un buen pasatiempo. Uno de los autores que más veracidad ha dado al género es John LeCarré, al mostrar al funcionario al servicio de inteligencia como un tipo gris que se debe estrujar los sesos tras la mesa de un despacho para intentar detener una amenaza inminente que ponga en jaque al país para el que trabaja. En 2001 el director Tony Scott se acercó al género con una película que trataba de mostrar las dos caras del oficio a través de una pareja protagonista de envergadura.

En su último día al servicio de la CIA Nathan Muir deberá hacer frente a su última misión: salvar la vida de quien fue su protegido, Tom Bishop, encarcelado y a punto de ser ejecutado en una prisión China.

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