Fuego en el cuerpo, de Lawrence Kasdan

body_heat_ver1.jpgLawrence Kasdan tan solo tenía como carta de presentación ser guionista del mejor episodio galáctico de “Star Wars”, «El imperio Contraataca”, cuando debutó en 1981 tras la cámara con un thriller de alto contenido sexual en que se nos relataba la intensa historia de deseo entre un abogado y una misteriosa y atractiva mujer.

Ned Racine es un abogado al que le pierden las faldas. Una noche conoce a una atractiva mujer con la que mantiene una interesante conversación. Tras pasar unos días y no poder quitarse a la dama de la cabeza decide ir en su busca, encontrándola en un bar. Juntos vivirán una noche de desenfreno sexual que repetirán una y otra vez, obsesionándose cada vez más el uno por el otro. El único problema que entorpece la relación es el marido de ella, un viejo y rico empresario que se detiene poco por casa. Tras meditarlo detenidamente deciden que la mejor solución para su situación es eliminarlo.

No estamos muy lejos de “Perdición” de Wilder, en que una mujer consigue embaucar al agente de seguros para eliminar a su cónyuge para así seguir su idílica aventura libremente y, además, quedarse ellos con la suculenta herencia. Y es que no podemos olvidar la herencia, verdadera razón por la que se comete el cruel acto, al menos por una de las partes. Cierto es que tanto Ned como Matty dicen quererse y amarse todo lo que no está escrito, pero una vez que descubren la suculenta fortuna que podría heredar la viuda en caso del fallecimiento del marido la perspectiva cambia para el espectador. Como siempre tenemos ante nosotros el tema de la codicia de por medio como motor del argumento.
Claro que si por algo es recordada “Fuego en el cuerpo” es por su alto contenido erótico que dio paso a posteriores films como “Atracción Fatal” o “Instinto Básico”. Kasdan transmite durante todo el metraje una atmósfera húmeda, asfixiante, calurosa, acorde perfectamente con la que rodea a todos los protagonistas de la cinta. Es verano en el pequeño pueblo de costa en que sucede la acción, pero es un verano atípico, en que las temperaturas han alcanzado altas cotas y no hay hielo suficiente para quitarse el sudor. Así pues tenemos el calor físico, el real que afecta a todo ser humano. Ese calor afecta a los dos protagonistas de distinta forma. Personajes ardientes, el calor natural no hace más que incrementar ese fuego que los abrasa por dentro y que los convierte en fieras sexuales insaciables. Pero no solo eso, sino en seres empujados por los instintos más primitivos sin pensar en las consecuencias que tendría el asesinato.

Kasdan consigue un notable debut en la dirección manteniendo un excelente pulso a lo largo de todo el metraje, con una planificación clásica, acorde con el genero que homenajea (ese despacho de William Hurt y su sombrero). Existen momentos realmente brillantes y fascinantes como son la presentación del personaje de Kathleen Turner apareciendo entre los espectadores que contemplan un concierto con su espectacular vestuario blanco rematado con esa raja en la falda que descubre su muslo. También el momento en que William Hurt se prueba el sombrero me resulta remarcable con la imagen de ella desapareciendo tras el cristal del coche que sube para que él se contemple con su nueva prenda. El momento en que se produce el primer encuentro sexual está muy bien llevado en cuanto a ritmo y brillantemente ejecutado con Hurt perdiendo la cabeza por una Turner más ardiente que nunca tras la ventana que los separa y que el protagonista romperá para dar paso a liberar todo ese deseo contenido.
El guión está plagado de conversaciones ágiles con frases de doble sentido apropiadas para la situación como se puede ver en el segundo encuentro entre los dos protagonistas en que ella hace referencia a sus “campanitas”, entre otras cosas. Si bien es cierto que vista hoy resulta de lo más previsible, el final del film es muy inteligente y enlaza muy bien con la inclusión de un personaje a mitad de metraje que en principio parece no se más que presencial.

William Hurt y Kathleen Turner cargan sobre sus hombros con el peso de la película realizando muy buenas interpretaciones, en especial ella, fiel prototipo de mujer fatal capaz de hacer perder los papeles al más casto. Sus escenas subidas de tono están perfectamente realizadas y no resultan bruscas como en otros films. Secundan al duo Richard Crenna como esposo de Turner, Ted Danson como fiscal y amigo de Hurt y Mickey Rourke como un viejo cliente de Hurt al cual pedirá un favor.

Un notable thriller subido de tono en que Kasdan se daba a conocer y tras el que realizaría obras con más o menos suerte.

Lo Mejor: La atmosfera humeda. El saber mezclar sabiamente thriller clásico con erotismo.

Lo Peor: Hoy día resulta previsible.

5 comentarios en “Fuego en el cuerpo, de Lawrence Kasdan

  1. Un acierto, sin duda. Esta película me la compré hace ya varios años y me gustó bastante en su momento. Ahora, tras leer tu reseña, quizás me la vuelva a ver y valorarla de nuevo. Eso sí, la atmósfera húmeda que mencionas está excelentemente conseguida.
    Un saludo, Ramón!

  2. Fenomenal película de Lawrence Kasdam y en donde el crimen pasional y el erotísmo se dan la mano. Una película de esas que por desgracia entran pocas en el kilo. Muy buen post, y sensacional blog. Si señor. Saludos!!!

  3. Tocayo, revisionatela que viene muy bien en estos días frios que estamos pasando 😉

    Muchas gracias Pablo, sin duda es de las mejores pelis de Kasdan.

    Saludos !

  4. Estupenda y cálida queremos películas con guionistas y dirección de actores no solo gente que hace muecas y pone caritas ¡previsible?? será por imitada. Adiós.

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