127 Horas, de Danny Boyle

No son pocas las ocasiones en que el ser humano se ha enfrentado a situaciones límite demostrando hasta qué punto puede llegar para sobrevivir. En el cine esos acontecimientos se han visto reflejados en películas como “Defensa”, “Viven”, “El Desafío” ó “Naúfrago”. Es con ésta última con la que mayor relación tiene la última película de Danny Boyle, pues la historia se sostiene sobre un solo personaje que debe hacer frente a una trágica circunstancia: su brazo ha quedado atrapado por una enorme roca dentro de un cañón en Utah.

El director de “Trainspotting” toma la historia real de Aron Ralston (narrada en su libro “Between a rock and a Hard Place”), en que relata cómo quedó atrapado durante cinco días en las rocosas y se vio obligado a tomar una drástica decisión para salir vivo.
Ralston cometió un error antes de salir ese fin de semana de excursión, no avisó a nadie ni dejo dicho dónde iba, con lo que nadie sabría donde buscarlo en el momento en que su ausencia fuera significativa. Una vez atrapado, el excursionista sufrió los duros cambios atmosféricos dentro del cañón (notable calor de día y muy bajas temperaturas de noche) a los que se sumaba la falta de suministros, apenas una cantimplora de agua.

Tomando esa historia real, en que se pone de manifiesto el instinto de supervivencia (reforzado por el buen adiestramiento del protagonista, un montañero experimentado) y la fuerza de voluntad humana en momentos críticos, Danny Boyle crea una película visualmente atractiva cuyos mayores virtudes se encuentran en su protagonista (un entregado y fabuloso James Franco), en lo entretenida que resulta y en la estupenda fotografía a cargo de Enrique Chediak y Anthony Dod Mantle. Sin embargo no me ha entusiasmado tanto como esperaba.
Noto en la forma de narrar de Boyle un exceso de apariencia videoclipera/publicitaria abusiva, tal vez gracias a ella el film resulte tan entretenido pero en la mayoría de los tramos en que se usan los montajes acelerados la película parece más un spot publicitario (ojo, hay uno encubierto de bebidas refrescantes) que el drama de un ser humano debatiéndose entre la vida y la muerte. El aspecto videoclipero me ha gustado al principio, cuando la pantalla se parte en tres (recurso que usa también de forma abusiva) y muestra diferentes muchedumbres en movimiento hasta que se detiene en el protagonista, que puede ser una sola persona pero está tan en movimiento como el resto, por lo que ahí, en esa presentación, el narrar de forma acelerada me parece muy acertado. Sin embargo cuando tenemos a nuestro hombre a solas, atrapado, sufriendo, me molesta que se siga usando semejante ritmo, intercalando de forma acelerada imágenes subjetivas, desde puntos de vista imposibles (dentro de la botella) o a través de la cámara de video. También me parece fallida la forma de acabar el film, demasiado hollywoodiense, y, una duda que tengo, me gustaría que alguien me explicara cómo el protagonista, que tiene un brazo inutilizado, puede colgarse y descolgarse la mochila de ambos extremos.

Si por algo ha dado que hablar la película ha sido por el impacto que han causado sus imágenes. En este tipo de historias encontramos sacrificios a los que debe lanzarse el protagonista para mantenerse con vida y en la que nos ocupa el momento que mas líneas ha ocupado ha sido el punto álgido en que el protagonista toma la decisión de poner fin a su estancia como prisionero de la roca. Impacta, y cualquiera que tenga sangre en las venas sentirá una punzada, pero no es algo que no hayamos visto en otras películas.

Tras los buenos resultados obtenidos (en forma de Oscars) con su aventura hindú, Danny Boyle vuelve a contar con Simon Beaufoy para escribir el libreto del film. Lo mejor es que la historia va directa al grano y que, una vez Aron está en el cañón, se narre su sufrimiento mediante imágenes asombrosas (el momento en que empieza a entrar el sol por medio de las rocas es impresionante). Sobran algunos flashbacks, eso si, y algunas imágenes repetitivas.
La fotografía es de lo mejor de la cinta, consiguiendo un aspecto visual muy atractivo con grandes momentos como el anteriormente citado, o los grandes planos generales de Utah.
Para la Banda Sonora el director ha vuelto a contar con A.R. Rahman, quien sigue componiendo música más destinada para la discoteca que para el cine. Afortunadamente entre tanto sonido machacón hay dos temas inspirados y temas de grupos musicales, entre los que encontramos a Sigur Ros.

James Franco carga sobre sus hombros con el film como ya hicieran Tom Hanks o, más recientemente, Ryan Reynold en “Buried” (otra película de situación extrema). Ya va siendo hora de que a Franco le lluevan los halagos, lleva años demostrando ser un muy buen actor. Como Aron Ralston está formidable y tiene grandes momentos, como ese monologo frente a su cámara en que parece presentar un show televisivo para acabar descubriéndose ante la trágica realidad que vive. Gran trabajo del actor, que tiene bien merecidas todas las nominaciones que está recibiendo. Entre los secundarios que aparecen tenemos a Treat Williams o Kate Mara.

Una película que ensalza al ser humano cuando se enfrenta a situaciones extremas. Merece la pena verla, aunque no sea tan buena como la pintan.

Lo Mejor: James Franco. La fotografía. El ritmo.

Lo Peor: El (abusivo) estilo videoclipero de Boyle.

12 comentarios en “127 Horas, de Danny Boyle

  1. Fui al pase de prensa hace una semana, y la verdad es que salí satisfecho. Hombre, no es un peliculón (que parece que esa palabra va ligada a Boyle por defecto), pero me pareció una buena película. Mejor que la sobrevalorada Slumdog Millionaire.

    Yo creo que el estilo videoclipero le sienta estupendamente a la película. Es otra forma de rodarla, y la verdad es que la hace muy dinámica y amena.

    Coincido en lo de Franco, un buen actor que, además, me cae simpático.

    Tengo la crítica esperando a ser publiciada cuando esté más cerca su estreno, así que calculo que el jueves ya estará en el blog.

    Saludos 😉

  2. Hola Pliskeen, para mi está casi a la misma altura que la de los hindús. No es una mala película, repito, tiene al bueno de Franco tirando del carro y una fotografía muy buena, pero el ritmo frenético (por muy inteligente que resulte para narrar la historia de un hombre que no se puede mover) me cansó. La pregunta es ¿volverá el Doyle de «Trainspotting»? Viendo sus dos últimas cintas diría que no.
    Leeré tu crítica cuando la publiques.

    Saludos 😉

  3. A mí me apetece mucho verla por muchos peros que tenga, Boyle es de esos directores de los que lo veo todo sin siquiera preocuparme en conocer el argumento, porque me gusta todo lo que hace, hasta sus obras menores, lo de Sigur Ros es un punto más a favor de la peli 🙂

  4. Hola, he visto tu blog en un enlace desde cinedegelen.com.

    Al igual que Pliskeen, no veo algo malo el estilo videoclipero de Boyle, aunque no considero Slumdog Millionaire sobrevalorada.

    En mi blog también he escrito recientemente sobre la peli. Saludos.

  5. Hola

    Buena reseña, si señor!!

    «Slumdog Millionaire» es de largo la peor película de Danny Boyle (bueno, rivalizando con la que salía Cameron Díaz claro xD) y está sumamente sobrevalorada por lo general.

    Sobre «127 horas», ya lo comento en mi crítica, un film notable en algunos tramos aunque totalmente excesivo en otros. El trabajo de Boyle, es criticable, de hecho yo hubiera preferido una puesta en escena más austera y agobiante, más asentada. Pero el estilo formal por el que opta el cineasta británico es tan discutible como arriesgado y sumamente delirante por momentos. Yo lo valoro desde ese punto de vista, ya que una de las grandes bazas de la película es su personal riesgo, su delirante enfoque. En otras palabras, llevar la cultura pop a una grieta en medio del cañón de Utah.

    Ya que estamos con Boyle, aprovecho para reivindicar «La playa», una cinta bastante más interesante de lo que aparenta, bajo mi humilde punto de vista.

    Saludos amigo!! 😉

  6. Hola Ignacio, muchas gracias y siento no poder estar de acuerdo contigo respecto a «Slumdog Millionaire».

    Javi, coincidimos bastante en la última de Boyle y sobre «La Playa» la tengo pendiente de un revisionado, la vi en su día y me dejó frío, así que le daré otra oportunidad.

    Saludos 😉

  7. Parece mentira que no le hayaís pillado el puntito al tito Boyle, despues de obras como 28 días después o Trainspotting, paradigma de lo que expones en el post. por cierto te has fijado en el cartel americano, perece que son dos tetas encontradas, mucha subliminalidad veo en él 😉

  8. Contigo Ángel, Boyle debería haberse contenido.

    Amigo Alfie, Trainspotting me encanta, y creo que ahí su estilo visual va muy bien con el tema de las drogas, representando de lujo el mundo de la drogadicción. Lo del cartel, no había considerado esa lectura «subliminal», jeje, más bien lo interpreto como un reloj de arena que expone lo importante que es el tiempo para el protagonista, situado entre la vida y la muerte.

    Saludos !!

  9. No quiero ofender a nadie pero… Alfie! que poca vision ¿»subliminal»? pff..
    me gusto la critica, estoy de acuerdo con todo, creo que el estilo publicitario sirve en algunas escenas, pero que aburre despues mucho rato. La fotografía y la musica, me encantaron 😀 pero tengo que hacer un alcance… en un momento del post dices »me gustaría que alguien me explicara cómo el protagonista, que tiene un brazo inutilizado, puede colgarse y descolgarse la mochila de ambos extremos», mientras veía la película me pregunté lo mismo pero… YO TE DIGO COMO! las mochilas en los tirantes tienen unas cositas para regular el largo, de ahi mismo pueden »desamarrarse». Y al final cuando se corto el brazo se la puede colgar con la mano que si puede usar. Es mi teoria.
    En fin me gusto mucho la película. James Franco merece un aplauso por su buena actuacion 😀
    Saludos ! 🙂