Furiosa: A Mad Max Saga, de George Miller

El éxito de “Mad Max: Fury Road” llevaba encadenada la promesa por parte de George Miller de rodar dos nuevas entregas. Una, conocida como “The Wasteland”, volvería a tener al famoso guerrero de la carretera. La otra, sería la historia de Furiosa (personaje inmortalizado por Charlize Theron), años antes de los acontecimientos del film que la diera a conocer. Finalmente, fue éste último proyecto el que Miller abordó, y no sin motivo, pues al parecer cuando ofreció a Warner retomar el Universo Mad Max en 20120 presentó las dos obras como un díptico, aunque solo acabasen rodando “Fury Road” debido a los continuos contratiempos en el rodaje.

Furiosa, una niña perteneciente a la tribu vuvalini, es raptada por la banda del líder conocido como Dr. Dementus. Cuando matan a su madre ante sus ojos, la niña promete vengarse.

La Guerrera que se forjó en el Odio

Con “Furiosa: A Mad Max Saga” se rompe la personalidad individual de cada entrega que compone la Saga del yermo postapocaliptico, para volver a abrazar personajes y circunstancias ya presentadas y desarrolladas en “Fury Road” (no en vano es precuela directa y su final las encadena). Eso de entrada parecería restar a la película, careciendo de novedad en cuanto a estilo visual se refiere e impidiendo que no se comparen ambos films. La paleta de colores saturados como si de un cómic se tratase, así como la presencia de los villanos que rigen la Ciudadela (con Immortan Joe a la cabeza) consiguen un cierto efecto déja vu que no sucedía en ninguna de las cuatro entregas anteriores con respecto a sus predecesoras. Claro que también con dicho aspecto la cinta es fiel a su subtítulo, al introducir la palabra Saga. Y ahora, más acostumbrados que nunca a vislumbrar en cada producto que añada dicha palabra rasgos que lo hermanen con su génesis, es lógica la decisión de Miller y su equipo por seguir desarrollando el estilo de la anterior cinta, pues pertenece a la raíz, y debe conseguir un díptico compacto.

La historia de “Furiosa” es la historia clásica del viaje de un personaje que se forja en el dolor y aprende a sobrevivir en un mundo que se desmorona. La película abarca 19 años mediante un montaje fragmentado en cinco capítulos, donde la elipsis es el punto fuerte narrativo. En ese aspecto, si que existe una ruptura con respecto al resto de entregas de la Saga, todas ellas frenéticas y directas al grano. Aquí, sin embargo, se opta por un relato clásico narrado de manera más detallada que bebe de la épica para narrar el nacimiento de una guerrera. Y está muy bien, con alguna que otra puntualización argumental que resta fuerza y credibilidad (por ejemplo, cuando la joven escapa de Rictus y empieza su etapa de polizona, nadie en la ciudadela parece echarla en falta ni reconocerla aunque sea de manera sospechosa; el cambio de bando del Hombre-Historia no se explica).
Además de la historia principal de la protagonista, en que se relata su paso de la niñez a la adolescencia y madurez psicológica, la cinta sigue expandiendo el Universo del páramo australiano donde se desenvuelven las aventuras de Max y Furiosa. Por fin se muestra la Ciudad de la Gasolina en todo su esplender, y se presenta la mina del Criadero de Balas, ambas bajo dominio de Immortan y sus hermanos. Pero lo mejor es cómo, a través de ellas (representación de los bienes que mueven el mundo) se lanza un mensaje político donde los diferentes clanes pugnan por hacerse con el control total de los suministros. Para ello, Miller crea al personaje de Dementus, no solo némesis para la joven protagonista, sino también para el clan de Immortan Joe. El excéntrico líder se presenta como un líder religioso que adora una vieja motocicleta restaurada. Su incesante discurso populista busca convencer/atraer a su rebaño (con medios bastante macabros que definen su personalidad). Para rematarlo, se la añade una locura asesina que lo convierte en un peligro que no sabes por dónde va a salir. Dementus busca derrocar el estatus establecido para alzarse sobre él y continuar explotándolo hasta destruirlo.
Lo más interesante de la relación entre Furiosa y Dementus es que, como él aclara en su monologo final, ambos son iguales. Nacieron del dolor de la pérdida y aprendieron a odiar, siendo dicho sentimiento el que los ha mantenido con vida.

Con “Furiosa: A Mad Max Saga” el director George Miller vuelve a demostrar su dominio narrativo consiguiendo que sus casi 150 minutos avancen sin (tanta) prisa pero sin (mucha) pausa consiguiendo que no pesen (aunque si hubiese recortado un poco del tramo final hubiese quedado mejor). A pesar de poseer mas CGI y no tener un acabado tan físico, el director crea un relato épico visualmente apabullante en que cada escena luce en la gran pantalla desde el principio en que muestra el deseado paraje verde del clan vuvalini de las muchas madres. De nuevo, las brutales escenas de acción las que brillan, pero también existen momentos visuales dignos de enmarcar, como la panorámica en que muestra el camión cisterna saliendo de la Ciudadela en dirección a la Ciudad de la Gasolina para ser atacado por los motoristas mientras es observado por Dementus sobre la colina. También me gusta cómo Miller consigue que la imagen sea su principal arma logrando otra obra cinética que funciona perfectamente sin diálogos, siendo de nuevo una muestra de cine puro, donde la rimbombante composición de Tom Holkenborg vuelve a servir para subrayar el salvajismo del escenario y los personajes, siendo una extensión-presentación de lo que desarrolló en la anterior (siguiente) entrega. En especial siempre me ha gustado en éstas películas, donde la venganza y el odio son el motor de la heroína, que muestren los motivos por los que emergen, logrando empatizar con el personaje. Y aquí, Miller vuelve al terreno de la primera cinta. Si en “Mad Max” eramos testigos de la muerte de la mujer y el hijo de Max, aquí lo seremos de la madre de Furiosa y de otro personaje con quien se presentará una inesperada love story. Ambas pérdidas son descritas en el film de manera brillante. Una a través del ojo de la protagonista, dejando claro que se le ha quedado grabada. La otra, envuelta en una nube de polvo, con la sorpresa final de contemplar qué ha llegado a hacer la protagonista con una parte de su cuerpo por seguir adelante para lograr su objetivo. Memorables y definitorias ambas.
Hace unos meses se elogiaba el talento de Denis Villeneuve para mostrar el desierto en “Dune: Parte II”. Pues bien, para mi gusto Miller logra mostrar el desierto del yermo con igual (en incluso superior) belleza, describiendo en él persecuciones vibrantes. De hecho, mi escena favorita de la cinta acontece justo a mitad, cuando el camión de guerra pilotado por Praetorian Jack (al que no es difícil relacionar con Max) es atacado por la banda de moteros voladores y Furiosa se descubre escondida bajo él durante el ataque. Como en los mejores momentos de la Saga, la planificación y el montaje son modélicos, dejando claro que Miller no ha perdido un ápice de su maestría como cirujano fílmico. Otra escena memorable es el enfrentamiento en el Criadero de Balas. De nuevo, la brutalidad hace presencia en un sensacional combate automovilístico coronándose, por sorpresa, con una escena dramática y esencial para la protagonista.

Para dar vida a la protagonista se barajó la posibilidad de volver a contar con Charlize Theron utilizando la técnica de De-Aging. Sea por tema presupuestario o porque no lo veían bien rematado, finalmente se ha optado por elegir a Anya-Taylor Joy como personificación de la Furiosa adolescente. La actriz de “Gambito de Dama” vuelve a desprender carisma mediante sus grandes ojos, aunque no alcanza el retrato que del personaje hizo Theron. Junto a ella, la joven Alyla Brownie representa al personaje en su versión más joven, y se dice que se usó AI para mezclar el rostro de ambas en las escenas intermedias para mostrar el paso del tiempo (también se especula que para el final se realizó dicha herramienta con los rostros de Taylor-Joy y Theron). La sorpresa interpretativa es Chris Hemsworth dando vida al villano Dementus, a quien el actor australiano da vida como si se tratase de una versión de Thor pasado por el tamiz del cartoon al más puro estilo autos locos (cuando su rostro aparece tras explotar la bengala roja me parecía estar ante el Dr. Robotnik). Dementus no deja de ser otro villano charlatán que le gusta tanto oirse como que le oigan, y que vuelve a usar el miedo y la codicia como arma. Si bien Hemsworth sorprende con un personaje atípico (y donde entiende a la perfección el sentido de la cinta como gran cómic cirquense) no me resulta tan amenazante ni cruel como Inmortan Joe, a quien aquí da vida Lucky Hulme. Tom Burke es Praetorian Jack, conductor temerario que trabaja como Inmortan y su familia transportando los cargamentos y acaba aceptando a Furiosa como ayudante. Charly Fraser es Mary Jabassa, madre de Furiosa. Elsa Pataky participa con dos papeles antagónicos, el primero como vuvalini y el segundo como miembro de la banda de Dementus. Como guiño-sorpresa, Miller incluye un cameo (algo caprichoso e innecesario) del personaje de Max detenido en el mismo lugar (creo) desde el que arrancará “Fury Road”.

Como ya sucediese con “Mad Max: Fury Road”, “Furiosa” ha tenido su puesta de largo en el Festival de Cannes volviendo a recibir parabienes por parte de la crítica. Es una cinta espectáculo digna de verse en pantalla grande que vuelve a relatar una historia de venganza en un escenario postapocaliptico bien conocido. Su mayor virtud es ser diferente al resto de la Saga. Su mayor pecado, tener que mirar arrodillada a su hermana mayor.

1 comentario en “Furiosa: A Mad Max Saga, de George Miller

  1. Gran reseña Ramón! En la que estoy totalmente de acuerdo contigo en todo.

    Es hasta la fecha, una de las películas que más me han gustado del año. Miller no decepciona y nos regala otra cima del cine de acción. Estaba claro que no lograría ser tan redonda como «Fury Road», pero ha logrado un film con personalidad propia, genialmente rodado, y que crea una dupla perfecta con el film protagonizado por Tom Hardy.

    Trata de no hacer lo mismo que en «Fury Road», y eso es de agradecer. Anya-Taylor Joy está a la altura de Charlize Theron, lo que no es moco de pavo. Chris Hemsworth está un poco pasado, pero su personaje lo pide (y tiene sentido como líder inútil, pero carismático). Y Tom Burke para mí fue la sorpresa de la película (me parecía estar viendo a Stacy Keach).

    Tiene escenas de acción que pasaran al olimpo del género (la persecución del camión), y pese a su injusto fracaso, es unos años será una película de culto.

    Se alarga un poco y el final es un tanto anticlimático, pero entiendo lo que quiere hacer Miller, y el conjunto es formidable, así que son pegas menores.

    De nuevo, gracias por la estupenda reseña.

    1 abrazo!

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