Sully, de Clint Eastwood

El biopic ha sido un género que siempre ha interesado a Clint Eastwood. Desde que realizase “Bird”, sobre la figura de Charlie Parker, su obra ha estado compuesta por retratos de celebres personajes, tal es el caso, por ejemplo, de Nelson Mandela, J. Edgar Hoover o John Houston (en “Cazador Blanco, Corazón Negro”). El director de “Sin Perdón” ha logrado obras interesantes que reflexionaban sobre diferentes personalidades, bordeando los claroscuros que los envolvían. En 2016 abordó al extraordinario hecho acontecido en Enero de 2009 en el río Hudson, sobre el que un avión de pasajeros realizó un amerizaje de emergencia. El responsable fue el capitán de la nave, Chesley Sullenberger, más conocido como “Sully”.

A través de a cinta, el director sigue reflexionando sobre el heroísmo como ya pareciese hacer en su primera entrega de Iwo Jima o en “Invictus”. De esta manera, al concluir el amerizaje y ser rescatados por los servicios de emergencias los pasajeros del vuelo 1549 de US Airways, el Capitán Sullenberger es aclamado como un héroe por todo el mundo. Sin embargo, él no se sentirá como tal, y mucho menos cuando la Junta Nacional de Seguridad del Transporte (NTSB) cuestione su comportamiento y afirmé que el avión pudo aterrizar en el aeropuerto de Laguardia. En ese punto es donde la obra de Eastwood logra atrapar, cuando pone en tela de juicio la valiente hazaña.
Que la cinta se abra con el avión cruzando los rascacielos de Nueva York y chocando contra la ciudad, fracasando al realizar un aterrizaje de emergencia, hace pensar irremediablemente en el 11S. Su sombra aún tapaba el alma de unos Estados Unidos que decían adiós a la Era Bush con la llegada optimista de Obama a la Casa Blanca. Y ese optimismo es el que contagió a la gente cuando sucedió el conocido como Milagro del Hudson. Sin embargo, para Sully aquel aterrizaje sobre el río se repite en su cabeza con desenlaces no tan afortunados. Pudo haber provocado una masacre. Comienza a dudar de sí mismo. ¿Pudo aterrizar al aeropuerto? ¿Funcionaba el motor izquierdo? No ayuda nada el que las simulaciones aseguren que pudo aterrizar tanto en Laguardia como en Teterboro. Tampoco el que, de demostrarse que las simulaciones tienen razón, pueda quedarse sin empleo y pierda la casa en que vive con su familia. Lleva 40 años pilotando y nunca ha tenido un problema, ahora, por una actuación de 208 segundos, su carrera puede acabar. Los peores temores le llenan la cabeza en medio de vítores y flashes que no dejan de aclamarlo. Y eso me gusta mucho, pues lo muestran como una persona vulnerable e insegura.

La historia se desenvuelve como si de una cinta de juicios se tratase, con la NTSB investigando la decisión del Capitán. Puesto que todo gira en torno al vuelo, el guionista Todd Komarnicki junto a Eastwood deciden radiografiar el acontecimiento desde diversos puntos de vista por medio de flashbacks. Así, el aterrizaje de emergencia es mostrado, primero, centrándose en la tripulación, los pasajeros y el controlador aéreo que atendió la llamada de emergencia hasta que el avión se posa sobre el agua. Momentos después, la actuación es mostrada por completo desde el punto de vista de Sully y Jeff en la cabina y los servicios de emergencia que actuaron en el rescate. Finalmente, en la vista, se muestran las simulaciones, y con ellas la cinta lanza el otro dardo que me enamora, como es la confrontación entre la máquina y el ser humano. El momento en que, tras ver las simulaciones, Sully se dirige al tribunal con absoluta calma y dice “¿nos ponemos serios ya?” me encanta. Tras ello llega la resolución del caso con la tensión característica de este tipo de historias, demostrando, una vez más, el valor humano y el trabajo en equipo frente a situaciones extraordinarias.

El proyecto arrancó en manos de Frank Marshall, quien compró los derechos del libro “Highest Duty” escrito por Sullenberger y Jeffrey Zaslow, y se lo propuso a Eastwood, quien aceptó de inmediato. Fiel a su estilo, el bueno de Clint rueda la historia con una sencillez efectiva que logre dibujar el perfil psicológico del personaje a la par que haga atractiva la investigación sobre el mismo. Para ello, además de utilizar flashbacks para narrar el hecho en cuestión se insertan dos breves escenas de juventud de Sully que ayuden a definirlo como el excelente piloto que es. Las secuencias que narran el aterrizaje sobre el Hudson me parecen adecuadas y acordes a la historia, huyendo de la espectacularidad vista en la anterior cinta que narraba también una hazaña aérea como es “El Vuelo” de Zemeckis (la cual se basó en el hecho que se narra en la presente). Quizás mi plano favorita de la cinta sea el que muestra a Sully tras ofrecer una entrevista y observando por la ventana de su habitación como se acerca el avión e impacta sobre la ciudad, reflejando el temor y la ansiedad que sigue experimentando en su interior. La música relajada, como siempre en clave jazz obra de Christian Jacob y Tierney Sutton Band (con tema principal obra del propio Eastwood), ayuda también para definir a ese personaje siempre templado que sale a correr por las calles para aplacar la tensión. Lo que menos me convence es la forma de cerrar el film, demasiado apresurada y brusca, con un chiste que parece reforzar la naturaleza de película optimista e inspiradora.
Para dar vida al protagonista, Eastwood tuvo en mente desde el primer momento a Tom Hanks, el ideal de persona corriente que se enfrenta a la adversidad. Con Sully, el protagonista de “Philadelphia” suma otro héroe a su larga lista de hombres admirables basados en personas reales (“Apollo XIII”, “Capitán Phillips” o “El Puente de los Espías”). Hanks ofrece una interpretación introspectiva, templada, afín al capitán que muestra tener todo bajo control. Su forma de moverse y caminar, así como su maquillaje canoso y con bigote, demuestra la capacidad del interprete para mimetizarse con la persona que representa, logrando, de nuevo, que lo admiremos inspirándonos a ser mejores personas. A su lado brilla de igual manera un Aaron Eckhart siempre en su lugar, equilibrando muy bien a Hanks con un rol más pasional, que muestra tener más sentido del humor y defenderse de forma más combativa, con un enorme carisma y fortaleza escénica. Como bien le dice Hanks en la última escena que comparten en el pasillo, forman un gran equipo de profesionales que están a la altura de las circunstancias. Laura Linney repite por tercera vez con Eastwood para dar vida con su buen saber habitual a Lorrie, la esposa y confidente de Sully. Personalmente, me hubiese gustado que tuviese más participación, aunque su rol tiene como función ser el ancla del protagonista. Anna Gunn participa como miembro del comité y a ella se le reserva un veredicto que certifica la opinión popular sobre la figura del Capitán y su Primer Oficial. El capitán del ferry Vince Lombardi se dio vida a él mismo.

La película estuvo supervisada por el propio Capitán Sullenberger y también se entrevistaron a varios miembros de los pasajeros. Como curiosidad, cuando se muestra a Sully corriendo, hay un momento en que pasa por Times Square y se ve el poster de «Gran Torino» en lo que puede interpretarse como un autohomenaje de Eastwood (la película transcurre en Enero de 2009 y la cinta por entonces estaba en los cines). Durante su rodaje por las calles de Nueva York, el equipo recibió la visita de Steven Spielberg.
“Sully” logró convertirse en otro éxito comercial y crítico en la carrera de Eastwood. Por desgracia, los premios se le resistieron y sólo recibió una candidatura a los Oscars en la categoría de Sonido. En mi opinión es una cinta sencilla, de apenas hora y media de duración, que elogia el trabajo bien hecho por parte de la gente corriente. Es, en definitiva, un relato inspirador lleno de optimismo.

2 comentarios en “Sully, de Clint Eastwood

  1. Tengo un recuerdo un poco vago de la película. Me trasmitió la sensación de estar viendo un telefilm, tal vez por su sencillez, pero notaba que la historia daba para más y se quedaba a mitad de camino, han pasado algunos años e igual tendría que volver a verla para revisarla.

    Lo que más me gustó fue la interpretación de Hanks, perfecto para dar vida a este héroe a su pesar.

    Eso sí, tu reseña me ha gustado mucho. Esperando con ganas la siguiente.

    1 abrazo!

    • Es cierto que para ser de Eastwood y estar protagonizada por Hanks la cinta puede resultar visualmente pobre, pero creo que también está a la altura de la modestia del protagonista. Además, la cinta me gana por cómo se cuenta y las interpretaciones de Hanks y Eckhart (actor infravalorado). De Eastwood para mi se queda a mitad de la tabla, pero me parece reivindicable.

      Gracias por comentar Rodi!

      Un abrazo!

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