Charlie y Eli Sisters son dos pistoleros a los que su patrón encarga encontrar a un buscador de oro y al cazarrecompensas que partió antes que ellos en su busca.
Muchas veces basta con ver la primera escena de una película para saber que va a ser buena. En el caso del salto al cine anglosajón de Jacques Audiard bastan dos minutos para ser conscientes de que el visionado de la cinta valdrá la pena. Una cabaña se muestra en gran plano general al anochecer. Un grito anuncia a los dos personajes que dan título al film. Se desencadena un tiroteo. La sencillez argumental de la escena (un asalto al lugar) es engrandecida por una puesta en escena envolvente y hermosa, con imágenes sobrecogedoras como la de un caballo en llamas al galope. En dicha escena, además, se describe a los hermanos Sisters. No hacen más que anunciarse con voz en grito y exigir a un hombre para que se desencadene una lluvia de tiros, dejando clara su profesión de pistoleros a sueldo. Una secuencia introductoria brillante que continua con algo que hará avanzar la cinta más que cualquier asalto o duelo, las conversaciones.
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